El trabajo que el Consejo Económico y Social Vasco desarrolla en el ámbito de las temáticas relacionadas con las políticas europeas, y muy concretamente el que lleva a cabo en cooperación con los CES y organismos análogos de las regiones de la fachada atlántica en el marco de la Red Transnacional Atlántica, RTA, ha recibido un importante espaldarazo con la invitación extendida por el Parlamento Europeo al presidente del CES Vasco y Vicepresidente de la RTA, Francisco Huidobro, para participar como ponente en el evento celebrado en Bruselas bajo el título “Seas in Motion. Activating the Atlantic Action Plan”.
El acto, que tuvo lugar el pasado 14 de junio y fue organizado por el Intergrupo de Asuntos Marítimos y Costeros del Parlamento Europeo, en colaboración con el Grupo de Estrategia Atlántica UE que dirige la Estrategia Europea Atlántica, tuvo como objetivo prestar una atención específica, dentro de los trabajos del Intergrupo, a esta Estrategia y tomar el pulso a su implantación y desarrollo, poniendo en valor los logros alcanzados hasta la fecha y debatiendo propuestas para impulsar los aspectos que requieran de un nuevo dinamismo.
El Intergrupo de asuntos marítimos y zonas costeras se crea en el Parlamento Europeo en 2010 a fin de poder abordar las cuestiones marítimas de forma transversal e integral y superar su tradicional compartimentalización sectorial. Y es que en octubre de 2007 la Unión Europea lanza la Política Marítima Integrada, que pivota sobre el reconocimiento de la interconexión de todo lo relativo a los océanos y mares europeos y de que las políticas relacionadas con el mar deben formularse conjuntamente para poder obtener los resultados perseguidos. A partir de entonces los asuntos marítimos se conciben en un planteamiento dinámico y coordinado que tiene en cuenta las interrelaciones de las distintas temáticas y se crea una Dirección General de Asuntos marítimos en la Comisión Europea. El despliegue de esta política ha sido intenso, a través de instrumentos transversales, como la ordenación marítima espacial, la vigilancia marítima integrada y la red europea de observación e información del Mar, el desarrollo de estrategias de cuenca marítima, como la Estrategia Atlántica, y la iniciativa de crecimiento azul.
Esta última recibe un fuerte impulso desde las instancias europeas ante el reconocimiento de la importancia de mares y océanos como motores de la economía europea y su gran potencial de crecimiento y creación de empleo. Según datos difundidos por la Comisión Europea, existe un importante potencial sin explotar, que permitiría alcanzar en 2020, 7 millones de empleos y 600.000 millones de valor añadido bruto, particularmente en las áreas del turismo marítimo, costero y de crucero; la energía azul; los recursos minerales marinos, la acuicultura y la biotecnología azul.
El evento del 14 de junio se inscribe en la preocupación del Intergrupo de Asuntos Marítimos y Costeros del Parlamento Europeo de que la Europa del Mar sea una temática transversal y bien identificada en los trabajos del Parlamento Europeo y de que los eurodiputados puedan adquirir e intercambiar la información necesaria a través del diálogo entre los actores institucionales, económicos y de la sociedad civil.
Bajo la dirección de la Presidenta del Intergrupo, la eurodiputada alemana Gesine Meissner, el evento se compuso de dos mesas redondas, la primera, dedicada al desarrollo de la Estrategia Atlántica, su implementación y las oportunidades y retos que afronta, la segunda, centrada en la dimensión internacional de la Estrategia a través de la cooperación transatlántica en materia de investigación del acuerdo de Galway.
El presidente del CES Vasco y Vicepresidente de la RTA participó en la primera mesa redonda. Esta fue moderada por el europarlamentario Ramón Jauregui y contó con la participación de representantes de la DG MARE y del Grupo de Estrategia Atlántica de la UE, presentando los orígenes e iniciativas de impulso de la Estrategia Atlántica llevadas a cabo desde estas instancias, la Comisión Arco Atlántico de la CRPM, que expuso la perspectiva de las regiones atlánticas sobre este proceso, y el Ministerio de Hacienda de España, que presentó la ITI Azul puesta en marcha en España, como ejemplo de buena práctica de visibilización de la Estrategia Atlántica.
Francisco Huidobro, en su condición de vicepresidente de la RTA, contribuyó al debate con el análisis de la implementación de la Estrategia Atlántica llevada a cabo por esta red, y del cual el CES Vasco es ponente, y que está sustentado sobre la realidad sobre el terreno, pulsada a través de las consultas que se llevan a cabo con los operadores de la economía marítima de la fachada atlántica para pulsar específicamente sus inquietudes, necesidades y expectativas respecto de la Estrategia Atlántica, la medida en que sus ideas de proyecto han podido o no avanzar hacia realizaciones concretas y los frenos y los motores encontrados en este proceso.
El objetivo de estos estudios de la RTA es que la Estrategia Atlántica sea un éxito, por un doble motivo: aportar un impulso decidido desde Europa a las actividades marítimas atlánticas y conseguir realizar el potencial de los valiosos recursos que las regiones atlánticas atesora en todas las áreas de la economía azul, contribuyendo así a imprimir un nuevo dinamismo a las economías y a los mercados de trabajo de nuestras regiones. Por otro lado, porque el éxito de la Estrategia marítima actual es una plataforma para avanzar hacia cotas superiores y más ambiciosas de cooperación a escala atlántica, uniendo al pilar marítimo las sinergias de un hinterland activo y dinámico que permita el desarrollo socioeconómico coherente del conjunto territorial y en igualdad de condiciones con los cada vez más espacios europeos que disponen ya de estrategias macroregionales de desarrollo territorial.
Francisco Huidobro destacó que el éxito de la Estrategia Atlántica requiere de un impulso político al más alto nivel y expresó su satisfacción por poder dirigirse a un actor privilegiado en este contexto como es el Parlamento Europeo, que ha contribuido decisivamente a que el Atlántico pueda disponer de una Estrategia Europea y cuyo apoyo continuado es imprescindible, particularmente en el momento actual, en que hay que apuntalar las medidas necesarias para que la implementación funcione sobre el terreno.
La Estrategia Atlántica carece del potente entramado de gobernanza con el que cuentan otras Estrategias y el peso de la implementación descansa sobre los promotores de proyecto individuales y sobre su iniciativa y esfuerzos por impulsar sus ideas de proyecto, crear los partenariados adecuados, identificar las fuentes de financiación y afrontar con éxito las convocatorias de los programas de financiación comunitaria, con el apoyo únicamente del Mecanismo de Asistencia, que, a pesar de su implicación activa y entusiasta, frente a la envergadura de la labor encomendada resulta limitado. En este contexto, la RTA identifica cuestiones que requieren de atención para que los resultados de este esfuerzo puedan verse multiplicados y mejor orientados y propiciar que los objetivos de la Estrategia puedan hacerse perceptibles en la economía de nuestras regiones.
Según se desprende de las consultas llevadas a cabo por la RTA, la amplia difusión de la que goza el Plan de Acción en medios institucionales tiene todavía camino que recorrer en el ámbito de los operadores de la economía marítima de las regiones atlánticas. Las universidades, los centros tecnológicos y grandes empresas, sobre todo aquellas con mayor implicación en actividades de I+D, la conocen, pero para las PYME en general e incluso pequeños organismos públicos y entes locales, no solo se mantiene un alto grado de desconocimiento sino que para aquellas que entran en contacto con la misma, la perciben fuera de su alcance dada la complejidad y exigencia que asocian a los programas europeos y su imposibilidad de dedicar tiempo y recursos.
La financiación, recordó Francisco Huidobro, es llave a la realización de los proyectos y el elemento sobre el que los operadores centran toda su atención. A este respecto puso el énfasis sobre la necesidad de compensar la ausencia de financiación específica de la Estrategia con fórmulas, llámense convocatorias y/o criterios específicos, acceso prioritario, coordinación entre autoridades de gestión para dar cobertura financiera los proyectos de la Estrategia, seed money, o cualesquiera fórmula que permita a los operadores percibir las ventajas de la existencia de la Estrategia y de que la Estrategia, más allá de sus enunciados, tiene efectivamente capacidad para suscitar un impulso de las actividades marítimas respecto de la situación anterior a la Estrategia.
La necesidad de reforzar la visibilidad de la Estrategia fue también expuesta por Francisco Huidobro. La ausencia de una “ventanilla Estrategia Atlántica” y la necesidad de canalizar los proyectos a través de los diversos programas europeos de financiación existentes, conducen a la pérdida de la perspectiva de la estrategia atlántica y a que los proyectos avancen desde una lógica ajena a la misma. Si no se consigue que los proyectos que genera la Estrategia queden anclados a la misma, visibilizando y capitalizando sus logros para sí, ésta desaparecerá. Afortunadamente cada vez son más las iniciativas para incrementar la difusión de la estrategia y promover su visibilidad, pero la necesidad del establecimiento de criterios generales de identificación o labelización de los proyectos de la estrategia sigue manteniendo toda su vigencia.
Francisco Huidobro finalizó su alocución señalando que el compromiso y liderazgo político reforzado a todos los niveles de gobernanza, desde las instituciones europeas hasta las entidades locales, pasando por los Estados y las Regiones, en un esfuerzo colectivo y concertado público-privado dirigido a la consecución de los objetivos de la estrategia y que motive, arrope y acompañe a los agentes de la economía marítima en el desarrollo de las actividades de la economía marítima atlántica se revela imprescindible para dotar a la implementación de la Estrategia Atlántica de un mayor impulso y alcance, y capaz de impactar de forma significativa sobre la economía marítima del espacio atlántico.