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Actualidad del CES Vasco
martes, 24 marzo 2015


El pasado 19 de febrero el pleno de la Red Transnacional Atlántica adoptó un primer informe sobre las condiciones de éxito y buena realización de la Estrategia Atlántica, del que el CES Vasco ha sido ponente, junto con el CES de Aquitania, y en el que, también, han participado los CES de Basse-Normandie, Bretaña, Pays de la Loire, de la Región Centro, Limousin, Poitou-Charentes, Galicia, Andalucía, Canarias, y organizaciones representativas de los agentes económicos y sociales análogas de Portugal, Reino Unido e Irlanda, como el Foro Empresarial da Economia do Mar e ISQ , y el Irish Sea Maritime Forum. La importancia de esta Estrategia Atlántica, dirigida al impulso de la economía azul en la cuenca atlántica, y cuyo éxito es clave para avanzar hacia estrategias más ambiciosas, de dimensión tanto marítima como territorial, homologables a las que van extendiéndose por distintas áreas geográficas de la Unión Europea, ha atraído todo el interés de organizaciones, como la RTA, que trabajan en favor del desarrollo equilibrado del espacio atlántico y de la consideración de sus especificidades en las políticas europeas.  Dada la amplitud de la materia, este primer informe se centra en la fase del lanzamiento de la Estrategia para, primero, conocer el grado de “apropiación” de la Estrategia entre los agentes de la economía marítima atlántica, la trayectoria y patrones de funcionamiento de estos agentes en el marco de los programas y fondos europeos de financiación de sus actividades, y, finalmente, reflexionar sobre los instrumentos y medidas necesarios para que estos agentes potencialmente destinatarios de la Estrategia, puedan contribuir a su ejecución y desarrollo. 

La cuestión fundamental es la del grado de conocimiento, interés y expectativas que la Estrategia suscita por parte de los actores de la sociedad civil (empresas, investigadores, establecimientos de enseñanza,…), que no es automático, sino que debe de impulsarse a través de diferentes mecanismos e instrumentos, que abarcan, tanto la información, la comunicación, como las medidas de acompañamiento, y dispositivos organizativos y de gobernanza, etc. La articulación de instrumentos suficientes para que los agentes puedan desarrollar proyectos incardinados en las áreas prioritarias de la misma y optar a la financiación necesaria constituyen, también, condiciones previas imprescindibles para que la estrategia pueda llegar a buen puerto. 

El punto de partida del trabajo ha sido un ejercicio eminentemente práctico de recogida de testimonios de los propios agentes de los sectores relacionados con las actividades marítimas (energías marinas, construcción naval, transporte marítimo y puertos, pesca, acuicultura, turismo, investigación marina, …) que han permitido conocer el grado de penetración de la Estrategia en cada una de las regiones atlánticas y sectores, las expectativas que ésta ha despertado entre los agentes de las actividades marítimas, las dificultades encontradas y los instrumentos necesarios para el aprovechamiento de las oportunidades que se plantean. En la parte que incumbe al CES Vasco, se han mantenido entrevistas con representantes de organizaciones sectoriales de referencia en Euskadi para cada una de las actividades marítimas, habiéndose obtenido una información de la situación real sobre el terreno sumamente útil para poder definir propuestas efectivamente adaptadas a las necesidades de los agentes. Esta información sobre el conjunto de las Regiones Atlánticas se ha cruzado con la relativa a los instrumentos articulados para la implementación de la estrategia, ha permitido establecer un diagnóstico y las propuestas y recomendaciones correspondientes. 

Las consultas efectuadas con los agentes de las áreas potencialmente cubiertas por la Estrategia muestran que, siendo el nivel de conocimiento de la Estrategia y de su Plan de Acción variable según el tipo de agente y de sector, la mayoría de los actores de la economía marítima atlántica los desconocen totalmente o no pueden dedicar el tiempo o los recursos necesarios a explorar una posible participación en la Estrategia Atlántica.

El informe recién adoptado, evidencia la necesidad de realizar un esfuerzo importante de difusión y comunicación para movilizar a los actores de la economía marítima y atraer a nuevos actores. Además de llevar a cabo cuanto antes los eventos previstos en el Mecanismo de Asistencia de la Estrategia, apoyándose en clústers, asociaciones profesionales y sectoriales, susceptibles de aportar un efecto multiplicador, es precisa una información muy detallada, a medida y sectorializada, que permita, sobre todo a las PYME y a sectores como el turismo, el transporte marítimo y la pesca, asimilar las tareas necesarias, invirtiendo el mínimo de recursos y de tiempo.

La ausencia de un fondo de financiación específico y la necesidad de recurrir al conjunto de programas de financiación comunitaria existentes, no es únicamente una decepción en cuanto a las oportunidades de financiación, sino que desencadena un serio problema de visibilidad para la Estrategia, por cuanto que el programa que, finalmente, procure la financiación necesaria a los proyectos será el que retenga la atención de los operadores. Ello, unido al hecho de que no hay medios de identificación de proyectos estrategia atlántica, “borra” la Estrategia de las mentes de los operadores y del tablero de proyectos financiados por la financiación europea. 

En este sentido resulta imprescindible la identificación de los proyectos relacionados con las prioridades de la Estrategia Atlántica, como puede ser a través de un” Label Estrategia Atlántica” a la que se atribuya un contenido valorizador en términos de una imagen positiva y una difusión. 

La ausencia de un fondo de financiación específico representa también un problema de aliciente para la Estrategia Atlántica. Los operadores no perciben diferencias respecto de la situación anterior a la Estrategia, más allá de unos objetivos políticos que pueden  compartir, pero que sin instrumentos específicos para su implementación resultan abstractos y difusos y que les desbordan sin el acompañamiento de un liderazgo movilizador europeo, nacional y regional. La Estrategia no ha desarrollado mecanismos horizontales de definición colectiva de proyectos y, por tanto, el peso de la implementación descansa sobre los promotores individuales de proyecto y de su iniciativa y esfuerzos para sacar adelante los proyectos. En estas condiciones, el potencial dinamizador de la Estrategia y su capacidad real de impulso de la implementación de las prioridades del Plan de Acción es muy limitado. Las actuaciones responderán más a los planteamientos propios de los promotores que a las necesidades de carácter más estructurante de la economía marítima. 

A estos efectos, el informe recoge un amplio catálogo de propuestas, dirigidas a mejorar las opciones de financiación de los proyectos incardinados en las prioridades temáticas de la Estrategia, a promover el liderazgo político e implicación de los actores institucionales atlánticos en un esfuerzo colectivo común con los agentes de la economía marítima, el establecimiento de los mecanismos de definición de proyectos prioritarios de escala atlántica y la estimulación de la cooperación como reto clave de la implementación de la Estrategia Atlántica. El informe será presentado el 25 de marzo al Atlantic Strategy Group, que dirige el proceso de implementación de la Estrategia, y será próximamente objeto de presentación a la DG MARE de la Comisión Europea y  en un acto público en Bruselas.