El año más atípico
Dos mil veinte quedará registrado en los anales de la historia como el año en el que nos azotó la pandemia producida por el coronavirus SARS-CoV-2, causando estragos en todos los órdenes: sociales, económicos, personales, familiares, afectivos… Ha sucedido en todos los países del mundo, sin conocer fronteras y condicionando la vida diaria de todo el planeta. Dos mil veinte ha sido una año excepcional -dolorosamente excepcional, por desgracia-, y así quedará reflejado, sin duda, en las memorias referidas a este año que publique cualquier organización, empresa o institución, sea pública o privada. También lo hace esta Memoria de Actividades del Consejo Económico y Social Vasco, que recoge nuestro quehacer a lo largo de un año tan difícil y diferente.
Junto con la excepcionalidad derivada de la emergencia sanitaria, el ejercicio 2020 ha estado condicionado, en el caso del CES vasco, por otra variante de signo muy distinto y que es inherente al correcto devenir democrático en nuestra sociedad: la celebración de las elecciones autonómicas en el mes de julio. Toda cita electoral conlleva un impasse en la producción y actividad legislativa, una ralentización que se prolonga durante el tiempo de relevo hasta que las y los nuevos responsables políticos retoman la tarea. Esta situación afecta directamente a la misión más conocida encomendada a un Consejo Económico y Social: la misión dictaminadora.
Como órgano consultivo institucional del Gobierno Vasco y del Parlamento Vasco, el CES recibe proyectos legislativos para que sean analizados por todos los agentes económicos y sociales que integran el Consejo. Los documentos son debatidos pormenorizadamente hasta conjugar propuestas de mejora, si las hubiere, que se incorporan en los dictámenes de respuesta. El valor sustancial de estos reside en las consideraciones, siempre consensuadas por los agentes sociales y económicos presentes en el Consejo, que conforman el dictamen, en las que se señalan propuestas que hagan de facto efectiva la participación de los distintos intereses económicos y sociales en la política económica y social del País Vasco.
Como he señalado anteriormente, la celebración de elecciones autonómicas -en un principio previstas para abril- en el mes de julio, tuvo como consecuencia una reducción de la tarea dictaminadora del Consejo Económico y Social Vasco, por lo que la actividad en este ámbito recogida en esta Memoria es sensiblemente inferior, cuantitativamente, a la de otros ejercicios. Ello no significa que versara sobre cuestiones menores, ya que el Consejo se pronunció en ámbitos que son de gran importancia y que nos afectan a todas y a todos, como es el del cambio climático, al dictaminar el anteproyecto de Ley Vasca de Cambio Climático, sobre el que propusimos impulsar un Pacto Social de Acción Climática, como compromiso de alineamiento con los ODS, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de Naciones Unidas. O sobre otros temas que preocupan a nuestra sociedad, como el de la vivienda, con el dictamen sobre el proyecto regulador de las viviendas deshabitadas; o el desarrollo rural, con el anteproyecto de ley correspondiente.
Además de la respuesta dictaminadora, la Memoria de Actividades 2020 también recoge el seguimiento realizado a dictámenes anteriores, con el objetivo de valorar la incidencia de nuestras sugerencias, así como los trabajos y reuniones celebrados por los órganos internos del Consejo en un año atípico, que sometió a examen la capacidad de adaptación del CES a los obligados condicionantes del trabajo telemático al que nos forzó la pandemia (confinamiento, teletrabajo, reuniones por videoconferencia…). Un examen superado con nota, como lo revelan las once reuniones plenarias celebradas, las nueve de la Comisión Permanente, la docena de la comisión encargada de redactar la Memoria Socioeconómica, o las citas telemáticas de la Comisión Económica y de la Comisión Social.
He querido dejar para el final la que, sin demérito del resto, constituye la actuación más significativa del Consejo Económico y Social Vasco en el año 2020. Me refiero al estudio de iniciativa propia “Aproximación al impacto del COVID-19 en Euskadi”, un trabajo que analiza el impacto del SARS-CoV-2 en los ámbitos económico y social en nuestra comunidad autónoma durante los primeros meses, con una recopilación de las respuestas institucionales a la pandemia y con nuestras reflexiones sobre los retos a los que nos enfrentamos a consecuencia de ello. Este estudio ha constituido nuestra modesta aportación al desafío de la pandemia en la Comunidad Autónoma Vasca.
Emilia M. Málaga Pérez
Presidenta del Consejo Económico y Social Vasco