El Consejo Económico y Social Vasco considera adecuada la tramitación del “Plan de Desarrollo Industrial e Internacionalización 2021-2024”, con las observaciones que adjunta en su dictamen. El proyecto ha sido elaborado por el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.
El Plan se ha fijado como misión acelerar la reactivación económica, con un marcado carácter industrial, que sea generadora de empleo de calidad y asuma las transformaciones digital, energético-climática y demográfico-social como una oportunidad para fortalecer la competitividad de la estructura productiva, al tiempo que integre los criterios medioambientales en todas las políticas sectoriales, no como un condicionante, sino como un factor competitivo y de oportunidad para crear valor.
En el dictamen, el CES reflexiona en torno a la coyuntura en que se ha elaborado este nuevo plan cuatrienal: un contexto socioeconómico y sanitario inédito, debido a la pandemia de la covid-19, que ha ocasionado un severo impacto económico y social. Tras recordar algunos datos ilustrativos al respecto (contracción del PIB, pérdida de empresas y de autónomos, caída del empleo, medidas de choque adoptadas, ayudas financieras extraordinarias de la UE…), el Consejo advierte de que nos situamos ante “un reto colosal de reactivación y de cambio de paradigma, en el que Euskadi no puede quedarse rezagada”. Por ello, el Consejo respalda el Plan de Desarrollo Industrial e Internacionalización 2021-2024, que “responde a las necesidades industriales actuales y futuras” y lo valora positivamente, sin perjuicio de las consideraciones que adjunta en su dictamen.
Retos y debilidades
Entre ellas, en primer lugar, recomienda incluir una evaluación más completa de los planes de industrialización e internacionalización del periodo 2017-2021, “con referencias concretas a datos e indicadores de seguimiento”. El CES también entiende que el balance recogido en el proyecto remitido es “excesivamente optimista”, ya que se centra en los logros y en las fortalezas de la industria, sin mención a las debilidades y amenazas, “cuando Euskadi tiene todavía muchos aspectos para mejorar su competitividad internacional, relacionados tanto con cuestiones laborales, como energéticas o la simplificación administrativa”.
Demografía y tamaño empresarial
En este camino, el Consejo Económico y Social entiende que existen dos retos adicionales, que se deben afrontar para el buen desarrollo de la industria vasca. El primero es de carácter demográfico y está relacionado con el déficit existente para cubrir la demanda en el mercado de trabajo -la Estrategia Vasca de Empleo 2030 contempla para esta década la necesidad de cubrir 600.000 empleos; medio millón por relevo generacional y cien mil, de nueva creación-, una cuestión que el Consejo califica de clave.
El segundo reto está relacionado con el tamaño empresarial, “que sigue siendo insuficiente y constituye un hándicap”, por lo que considera que no debería ser considerada como una mera referencia parcial en el Plan, sino que debería constituir “una palanca explícita y separada, con una estrategia clara y ambiciosa, con actuaciones concretas y explícitas para fomentar un aumento del tamaño medio empresarial e industrial”.
Empleo de calidad y participación de los agentes económicos y sociales
El dictamen del CES también quiere destacar entre sus consideraciones la importancia del “compromiso con el mantenimiento y creación de empleo en el Plan”, en pos de un empleo de calidad e inclusivo, que contribuya a la competitividad. Y sobre la participación de los agentes económicos y sociales, el Consejo valora positivamente las reuniones mantenidas para la elaboración del plan y aboga por la continuidad de esta participación en la gobernanza y en su seguimiento, un aspecto no contemplado en el texto analizado. Por ello, propone incorporar “la participación de los actores afectados y, en particular, de los agentes económicos y sociales en la implantación, seguimiento y evaluación del Plan a través de la Mesa de Diálogo Social”.