Bilbao, 6 de Abril de 2018.
El Consejo Económico y Social vasco considera que la falta de medidas y medios acordes con las pretensiones del “VII Plan para la Igualdad de Mujeres y Hombres en la CAE” le resta credibilidad. A pesar de ello, estima oportuna la tramitación del proyecto, con las observaciones efectuadas en el dictamen. El Plan ha sido remitido por Emakunde - Instituto Vasco de la Mujer.
El “VII Plan para la Igualdad de Mujeres y Hombres” responde al mandato de aprobar al inicio de cada legislatura un plan general que recoja de forma coordinada y global las líneas de intervención y directrices que deben orientar la actividad de los poderes públicos vascos en materia de igualdad de mujeres y hombres. En esta ocasión, el proyecto ha sido remitido al CES para que sea tramitado por la vía de urgencia, “lo que nos obliga a formular un informe en un espacio de tiempo excesivamente breve e insuficiente para abordar con la profundidad que merece”, según escribe el Consejo en el comienzo de su respuesta, donde también incluye una referencia al deseable contraste social en la elaboración del plan. En este sentido, indica que la participación de carácter técnico e institucional ha sido muy amplia según relata el plan, pero echa en falta una “verdadera participación de los agentes económicos y sociales con espacios para el debate y un contraste real de los contenidos del Plan en lugar de una mera entrega de aportaciones”
Similar al Plan precedente
El Consejo recuerda que la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida está lejos de ser una realidad, a pesar de la consagración de este principio en los textos jurídicos. En este ámbito, se refiere a las iniciativas pioneras que se han producido en Euskadi -la propia creación de Emakunde, los Planes de Acción Positiva o los Planes para la Igualdad de Mujeres y Hombres-, en cuya trayectoria se inserta el texto dictaminado, por lo que “acoge con agrado esta iniciativa”, aunque subraya que llega “con apreciable retraso” sobre el plazo estipulado, ya que debía haber sido presentada en el inicio de la legislatura.
En cuanto al texto estudiado, el Consejo entiende que se trata de “un documento metodológicamente bien articulado y muy trabajado en el detalle de sus ejes de intervención, aunque su contenido registra amplia similitud con el plan precedente”. Dado que se trata ya del séptimo de estos planes y ante la repetición de programas y objetivos, el órgano consultivo se pregunta “si no habría llegado el momento de plantear planes de intervención sectorial, que al estar más acotados pueden conllevar un mayor éxito en sus realizaciones”.
Sin evaluación del Plan anterior
Aunque el proyecto presentado por Emakunde declara que el punto de partida del séptimo plan es la evaluación del plan anterior (VI Plan para la Igualdad entre Mujeres y Hombres), el CES subraya que no hay tal evaluación, “lo que sorprende y resulta una omisión difícil de comprender”. En opinión del Consejo, la presentación de los resultados de esa evaluación “es imprescindible como punto de partida y sin ella el lector se ve desposeído de toda referencia sobre los resultados de la ejecución del Plan precedente y, consecuentemente, sobre la medida en que cada uno de los objetivos han sido alcanzados”.
Ausencia de medidas concretas
El CES también aprecia “una cierta debilidad en el compromiso del Plan”, que dibuja líneas generales de intervención pero deja el desarrollo de los objetivos en los distintos Departamentos del Gobierno Vasco y de las instituciones participantes. En opinión del Consejo, la falta de medidas concretas es una carencia de carácter general del Plan y las actuaciones señaladas como medidas por el Plan “no presentan carácter de tales y su naturaleza es más bien la de un objetivo”.
El dictamen también incide en la necesidad de una dotación presupuestaria suficiente para la ejecución efectiva del Plan, extremo que no menciona el texto analizado. “La única información disponible sobre los aspectos económicos del Plan es la recogida en la Memoria Económica, elaborada ad hoc a petición del propio Consejo”, indica el CES, que defiende que la inclusión del presupuesto existente permite hacerse una idea de la potencia del plan y de su capacidad para impactar sobre la realidad.
La Educación como nuevo eje
Por último, el Consejo quiere destacar el valor incuestionable de la educación para cambiar los valores que soportan la desigualdad de hombres y mujeres en todas las esferas de la vida y propone enfocar la educación como un eje de intervención, con entidad propia, más allá de la perspectiva sectorial con que se aborda en el Plan de Igualdad. El CES propone que este nuevo eje abarque a toda la comunidad educativa y contemple, entre otras, medidas referidas a la formación del profesorado, la implementación de programas y proyectos específicos, la revisión curricular, la elaboración y edición de materiales y recursos didácticos…
DICTAMEN 9/18