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Actualidad del CES Vasco
jueves, 23 octubre 2014


Con el informe “Desequilibrios territoriales en la CAPV en el marco de la crisis económica” se ha pretendido:

  • Profundizar en el conocimiento de la realidad comarcal de la CAPV, mediante la presentación sintética de sus principales características humanas y económicas a partir de la información estadística disponible.
  • Establecer el perfil que en la actualidad define, en los aspectos analizados, la situación de las diversas comarcas y la posición que ocupan en el contexto de la CAPV.
  • Analizar en qué medida, y en qué aspectos, se han incrementado las desigualdades territoriales dentro de la CAPV y determinar si la crisis está agudizando los desequilibrios previamente existentes en cuanto a estructura demográfica, mercado de trabajo, estructura productiva, dinamismo económico y condiciones de vida.
  • Identificar a partir de los indicadores estadísticos disponibles las comarcas en mejor posición y los motivos de esa mejor situación, es decir, aquellas fortalezas que les permiten afrontar la actual coyuntura desde una perspectiva ventajosa.

Los principales resultados que cabe extraer del análisis realizado son, de forma sintética, los siguientes:

 

a)    Existencia de desequilibrios territoriales en determinados aspectos 

La principal conclusión que se extrae del análisis realizado es la confirmación de la existencia de algunos desequilibrios territoriales, que se relacionan tanto con la estructura productiva de cada comarca como con las condiciones de vida de las personas que residen en ellas. Si bien en algunos aspectos las diferencias intercomarcales son relativamente pequeñas, otros indicadores analizados describen una realidad muy diferente en cada una de las comarcas. Desde ese punto de vista, resultan  resaltables las diferencias que existen en relación a los siguientes indicadores (tanto desde el punto de vista de la magnitud de las diferencias como de la dispersión de las situaciones que reflejan):

 

  • La estructura productiva de las comarcas y, particularmente, su orientación hacia el sector industrial. Lógicamente, cada una de las comarcas analizadas tiene una cierta especialización en los diferentes sectores o ámbitos productivos, de acuerdo a su trayectoria histórica y a sus características físicas. Sin embargo, especialmente si se tiene en cuenta la importancia que parece tener la orientación de cada comarca hacia el sector industrial en las condiciones generales de vida de la población, es importante destacar que el peso del VAB industrial o del empleo industrial son dos de los indicadores respecto a los que las diferencias intercomarcales son mayores. De hecho, el indicador que registra la mayor dispersión de todos los analizados es el relativo al peso de los empleos en establecimientos industriales de más de 250 empleados/as, que oscila entre 106 por mil del Alto deba y 2,95 por mil en Bilbao. 
  • La extensión de la pobreza y, en especial, de la pobreza infantil. La tasa de pobreza real infantil, extraída de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales, oscila en 2012 entre el 16% de Bilbao y el 2,6% del Alto Deba (es decir, entre el 27% y el 168% de la media de la CAPV). Lo mismo ocurre, prácticamente, en relación a la pobreza real para el conjunto de la población. 
  • La extensión del desempleo y, particularmente, del desempleo juvenil. Otro de los elementos respecto a los que se registran variaciones intercomarcales muy significativas es el desempleo juvenil, que oscilaba en 2011 entre el 46% de la Margen Izquierda y el 16% del Bajo Deba (dejando al margen el caso de la comarca de Ayala por el escaso tamaño en la muestra analizada). 


b)    Concentración de las situaciones divergentes en determinadas comarcas 

Otro de los elementos fundamentales que se derivan del análisis realizado es la existencia de unos perfiles comarcales muy claros y, particularmente, la concentración de buena parte de las situaciones más divergentes en dos comarcas concretas: Bilbao y Margen Izquierda. Estas dos comarcas registran una situación inferior a la media en una parte muy importante de los indicadores analizados: variación de la población, envejecimiento, fecundidad, saldo vegetativo, peso del empleo industrial, innovación, orientación empresarial hacia las nuevas tecnologías, penetración en la UE, pobreza, desempleo, confort de las viviendas…


Se trata de dos comarcas con características muy diferentes entre sí –por ejemplo en lo que se refiere a la renta mediana o el PIB per cápita− pero que comparten una orientación similar hacia el sector servicios. Estos datos, aunque no sean necesariamente novedosos, resultan de importancia si se tiene en cuenta que en estas dos comarcas reside casi un tercio de la población vasca.

 

C)    Características de las zonas con mejores indicadores 

En sentido contrario, tres de las comarcas que registran mejores indicadores –Alto Deba, Tolosa Goierri y Ayala− comparten también unas características muy similares. Efectivamente, se trata de comarcas muy industrializadas, más orientadas, en general, que la media a la innovación y la internacionalización, y que han podido beneficiarse en mayor medida de los efectos de la reconversión industrial, apostando por sectores, tecnologías y modelos empresariales mejor adaptados a las necesidades del mercado global.


Se trata además de comarcas que mantienen, pese a la industrialización señalada, un carácter rural todavía importante y, por otra parte, están entre las cinco comarcas menos densamente pobladas de la CAPV. En total, estas tres comarcas apenas concentran el 10% de la población de la CAPV.

 

d)    Procesos de convergencia y divergencia 

A diferencia de lo que ha ocurrido entre las comunidades autónomas españolas, el impacto de la crisis ha hecho que –al menos en lo que se refiere a determinados indicadores− se haya experimentado un proceso de convergencia entre las diversas comarcas, reduciéndose por tanto los desequilibrios que se registraban antes de la crisis.


Los procesos de convergencia más relevantes se han producido en lo que se refiere a la salud percibida y la prevalencia de determinados problemas de salud, el gasto público en servicios sociales, las situaciones de pobreza y de ausencia de bienestar, el peso de la población nacida fuera del Estado, las tasas de envejecimiento, la renta (medida en términos de renta mediana equivalente), la productividad (PIB por puesto de trabajo) o  la fecundidad. Cabe pensar, sin embargo, que al menos en lo que se refiere a las situaciones de pobreza y ausencia de bienestar la convergencia se deriva de un mayor empeoramiento en las comarcas que antes de la crisis partían de una situación mejor, y no tanto debido a la mejora de la situación de las comarcas que previamente registraban peores datos.

 

e)    Relación con la estructura productiva 

Aunque el alcance de este estudio pueda ser limitado en cuanto a la cantidad y el tipo de información analizada, es posible la identificación a partir de los indicadores disponibles de las comarcas en mejor posición y apuntar a los posibles motivos de esa mejor situación, es decir, aquellas fortalezas que les permiten afrontar la actual coyuntura desde una perspectiva ventajosa. Desde ese punto de vista, sin que necesariamente se pueda, el cualquier caso, establecer una relación causal entre ambos aspectos, se observa que las comarcas con unos indicadores más favorables son aquellas con mayor peso de la industria, mientras que las comarcas con unos indicadores más desfavorables serían aquellas con mayor participación de los servicios.


En todo caso, cabe destacar que las comarcas de marcado carácter industrial presentan una mejor situación en los indicadores de tasa de desempleo y pobreza, entre otros. Lo mismo sucedería con otros indicadores relacionados, de manera que en términos generales, cuanto mayor es el porcentaje del VAB industrial, el peso del empleo industrial, el porcentaje de empresas con penetración en la UE o el porcentaje de empleo en empresas innovadoras, sería más probable que tenga mejores indicadores de condiciones de vida.